martes, 21 de octubre de 2014

LO SUBLIME según Longino, Addison y Burke

La reflexión que se presenta a continuación surge por la necesidad de indagar que va “más allá de lo bello” en el contexto específico de los estudios del arte. Es por ello que nos remitimos al concepto de “lo sublime”, que tendrá a lo largo de la historia un papel muy importante a la hora de ir mas allá de los cánones concebidos por el ser humano como bellos, buenos y normales, es decir “lo sublime” tratara de adentrarse en aquello que  se sale de los limites que el humano puede abarcar en los terrenos de la percepción y sentimiento de las artes y la vida misma.

Lo sublime según Longino, Adisson y Burke

Lo sublime para Longino es visto desde el punto de vista de la literatura, es decir, este autor utiliza el concepto “sublime” para describir un estado de “grandeza en la literatura”, dirigió sus pautas y sus entendimientos para hacer recomendaciones sobre moral y virtudes a escritores, oradores y políticos, con el propósito de que estos conmuevan los ánimos del oyente por medio de la Retorica y la literatura en un estado elevado, y de esta forma poder persuadir y marcar al lector u oyente definitivamente; es realmente sublime aquello contra lo cual resulta difícil o imposible revelarse y deja en la memoria una huella poderosa y difícil de borrar. Para Longino, es una fuerza que nos resiste, que viene acompañada de una sumisión, un padecimiento ante el que asentimos todos, una complacencia ante esa fuerza. En otras palabras, lo sublime para este autor es algo grande con rasgos sobresalientes y culminantes que agrada siempre, el espanto, la oposición interna y externa y la complejidad.
Longino se preguntaba si las formas de generar algo sublime se daban por el estudio de una técnica o si era un don innato de la naturaleza que algunos tenían y otros no.
Las teorías de Longino datan del siglo I d.c.

Posteriormente, en el siglo XVIII, el autor Joseph Addison, retoma el concepto de lo sublime y traslada el concepto de la retorica y la prosa poética a la apreciación de la naturaleza y el arte, planteándose así por primera vez lo sublime como categoría estética.
Para Addison la belleza no tiene que ver con la razón, sino que es pasión, algo que nos afecta de golpe.
Lo sublime fue definido por Addison como un agradable horror ya que el sujeto puede sentirse atraído o repelido por un objeto o situación; esto es debido a que un objeto grande es capaz de apoderarse de nuestra mente, nuestros sentidos lo perciben como infinito y nos hace sobrecogernos. Se muestra la indefensión del hombre frente a la naturaleza poderosa.
Este autor, también introduce el concepto de lo pintoresco en el terreno de la estética, lo pintoresco es lo nuevo, lo variado, singular, asimétrico, rústico, etc. Esta novedad produce admiración, y es una percepción sensible de una emoción ya que remueve la mente con nuevas sensaciones. Se produce una potenciación de las asociaciones sensitivas entre sí y entre otras asociaciones mentales y la emoción que resulta al contemplar el objeto es mucho más rica y poderosa. Es en el género del paisaje donde se aúnan sublime y pintoresco para crear una serie de nuevos sentimientos que agiten nuestra mente. El paisaje romántico le dio predilección a la naturaleza grandiosa: grandes mares, desiertos, glaciares, volcanes… Sin embargo, no solo existe la sublimidad en las percepciones sensoriales sino que también existe una sublimidad moral, presente en acciones heroicas, además de la sublimidad pasional, de la soledad, la nostalgia, el mundo interior de cada individuo.
“La imaginación apetece llenarse de un objeto, y apoderarse de alguna cosa que sea demasiado gruesa para su capacidad.” Addison.

Para Edmund Burke, lo terrible es sublime, ya que produce la emoción más fuerte que la mente es capaz de sentir. Pero en ocasiones pueden ser y son agradables.
Burke tomó la forma estética como un objeto que produce afecciones de dolor o de placer ante el estado constante de la mente humana que es el estado de indiferencia, una especie de punto cero entre el dolor y el placer.Hizo hincapié en el carácter no racional en la percepción de la belleza. Lo hermoso, lo bello, no consiste, como se mantenía desde el canon de belleza de la Grecia Clásica en armonía y orden, sino que es una cualidad que impregna directamente nuestra imaginación y los sentidos, a veces de forma inconsciente, nos vemos atraídos hacia lo grotesco, lo siniestro, lo mismo que no atrae nos produce repulsión.
Lo terrible es un principio de sublimidad.
A través del dolor y peligro se despiertan las partes más finas del sistema. Ese dolor actúa sobre el oído y la vista, que son los más delicados.
La pasión que produce lo que es grande y sublime en la naturaleza, es el asombro; y el asombro es aquel estado del alma en que todos sus movimientos se suspenden con cierto grado de horror. El asombro es el efecto de lo sublime en su más alto grado.
Lo sublime se convierte en una elaboración más cercana a las fobias que a los procesos artísticos.
Burke fue el primero, dentro de la tradición estética, en diferenciar lo sublime y lo bello, son categorías que se excluyen mutuamente, del mismo modo que lo hacen la luz y la oscuridad.

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